La boda de Jessy y Tuco fue pura fiesta, en un lugar increíble como Pazo Libunca y rodeado de los mejores compañeros posibles. No hubo nervios, no hubo tensión, solo alegría. Si juntamos un lugar precioso y toda esa calidad humana… el resultado es un día inolvidable y unos momentos para recordar toda la vida
¡No hay nadie mejor!
No hay mejor fotógrafo, fin.
Unas fotazas que no son normales… Eso para empezar, y para acabar, la pregunta más repetida en la boda fue “¿Cómo se llama el fotógrafo?”. Y fue porque tiene un carisma, una profesionalidad y un salero que no hay palabras para describirlo. Sin él, la boda no sería la misma. ¡Gracias, Alfonso, para toda la vida!
Jessy & Tuco